“Como recordaba Ortega en sus reflexiones sobre la técnica, a diferencia del tigre y el resto de especies animales que tienen una naturaleza ajustada al entorno (medio), el ser humano tiene una naturaleza abierta y culturalmente condicionada (mundo). Con el desarrollo de la ciencia y las aplicaciones técnicas, cada generación tiene la oportunidad de humanizar o deshumanizar la herencia recibida. Cuando aplicamos estas reflexiones a la cultura y la educación, nos referimos a la ‘condición humana’, mostrando que los avances o retrocesos dependen de las decisiones que cada generación toma diariamente. La nuestra es una generación que aún no ha pensado con suficiente radicalidad el papel que el universo digital desempeña en el conjunto de prácticas culturales y educativas.
El universo digital está transformando la condición humana y la comunidad educativa está empezando a trabajar en términos de responsabilidad. Hasta ahora, los responsables de innovación educativa y nuevas tecnologías, tenían carta blanca para modificar programaciones, métodos, evaluaciones y legislaciones.
El matrimonio de tecnólogos y didactólogos puso en marcha cambios educativos que están empezando a cuestionarse por sus efectos deshumanizadores. Los resultados del último informe PISA no solo son preocupantes porque ha disminuido la comprensión lectora (8 puntos ha bajado en los españoles), sino porque los alumnos tienen menor capacidad de concentración y la comunidad educativa está más preocupada por el indoloro bienestar que por el conocimiento riguroso. Por primera vez se plantea la correlación que existe entre el uso de pantallas y las nuevas prácticas educativas. Hasta ahora, no se había planteado la innovación como limitación, ordenación y abandono de las pantallas en todas las prácticas educativas. Llegará el día en el que la verdadera innovación dependa de la desaparición de los dispositivos y el wifi en las zonas educativas.
Mientras tanto, la comunidad educativa se plantea el uso reglamentista de los dispositivos. Algunos padres ya se han despertado del sueño dogmático de la digitalización, incluso la ministra de Educación ha propuesto a las comunidades prohibir los móviles en primaria. En lugar de comenzar con la ejemplaridad moral, fortalecer las Humanidades, potenciar el deporte de base, incentivar la comprensión lectora, despertar la pasión por la Historia, estimular el encuentro con nuestros clásicos del Siglo de Oro o poner en marcha un revolucionario programa que disminuya la vulnerabilidad digital de los adolescentes, volvemos a recetas ordenanciastas. El problema no está solo en las pantallas o dispositivos, tampoco en las nuevas y embrutecedoras adicciones digitales, está en la Economía de la Atención. ¡Feliz Navidad!”
Agustín Domingo Moratalla
Publicado en lasprovincias .es