Nuevos intentos de adoctrinamiento en el sistema educativo de Castilla la Mancha

Recientemente el Ayuntamiento de Albacete ha difundido en los centros de enseñanza el cuento ilustrado Llaru con el que se propone “romper con los estereotipos de género”, “revisar los conceptos de masculinidad y feminidad tradicionales como aspectos limitadores del desarrollo de hombres y mujeres”. Para ello utiliza la historia de un niño con confusión en su identidad y al que sus mayores explican que puede ser lo que quiera. Con ello se aborda la disforia de género desde la perspectiva de una normalización de una situación excepcional. Pero la disforia de género es tratada como problema clínico con el código F64.2 en la más reciente edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5) haciendo referencia “al malestar que puede acompañar a la incongruencia entre el género experimentado o expresado por un sujeto y el género asignado”. Por su parte, el Colegio Americano de Pediatras ha instado a los educadores y legisladores a “rechazar todas las políticas que condicionan a los niños a aceptar como “normal” una vida de suplantación química y quirúrgica del sexo opuesto. Hechos –no la ideología- determinan la realidad”.

En una declaración contundente contra la ideología de género, el citado colegio de Pediatras, llegan a afirmar que “Introducir e los niños en la creencia de que es “sano y normal” una vida de suplantación química y quirúrgica del sexo opuesto, es abuso infantil. Haciendo suya la discordancia de género de forma “normal” a través de la educación pública, y las políticas legales, confundirá a los niños y los padres, lo que lleva a más niños a presentarse en las “clínicas de género” en las cuales se les administrarán medicamentos que bloquean la pubertad. Esto a su vez asegura virtualmente que va a “elegir” un tratamiento de por vida de hormonas del sexo opuesto, los cuales son cancerígenas y tóxicas, y también es probable que consideren la mutilación quirúrgica de su cuerpo biológicamente sano, como adultos jóvenes.”

Con la difusión de este cuento en el ámbito educativo el Ayuntamiento de Albacete pretende que “se convierta en una herramienta poderosa para cambiar la mirada a través del análisis crítico de las desigualdades y el descubrimiento de otros modelos” (carta de presentación). Pero una cosa es respetar a una persona que tenga esta condición y otra muy diferente es hacer promoción de la perspectiva de género. En realidad se trata de un intento más de adoctrinamiento ideológico al intentar inculcar en los menores y en el conjunto de la comunidad educativa la Ideología de Género, la ilusión que el género es una elección arbitraria que no tiene fundamento alguno en nuestras estructuras neurológicas o endocrinas. Esta ideología reduce las condiciones de nuestra identidad y de nuestra conciencia a meros constructos culturales desde los planteamientos dogmáticos del Estructuralismo Filosófico. Es una ideología rechazada asimismo por la Asociación Americana de Psiquiatría que considera que la identidad de género se desarrolla “a partir de los factores biológicos en interacción con factores sociales y psicológicos” –cuestionando algunas teorías constructivistas sociales– (Asociación Americana de Psiquiatría: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5 R), 5a Ed. Arlington, VA, 2014, p. 451).

Al negar los fundamento naturales o biológicos de la identidad psíquica, la Ideología de Género rechaza los principios elementales de la Psicología Evolutiva sometiendo a una crisis innecesaria la maduración psicoafectiva de los menores. Es contraria, asimismo, a toda antropología natural como la aristotélica o la cristiana y, consecuentemente, atenta con el principio de libertad de conciencia (art. 16 de la CE) y el derecho de muchos  padres a educar a sus hijos en sus propias convicciones morales (art. 27.3 de la CE).

Educación y Persona siempre ha condenado la intromisión de la ideología en el sistema educativo y advierte que la perspectiva de género no está legitimada para apoderarse de forma excluyente los valores de tolerancia, e igualdad.

El sistema educativo debe colaborar en la educación de los padres fomentando los valores consagrados por la Constitución como la igualdad o la libertad pero eso nunca debe ser pretexto para inculcar un modelo antropológico concreto o una forma de entender la afectividad y la sexualidad. La problemática de alumnos diferentes –sean de la condición que sean- debe ser tratada como lo hacemos habitualmente los profesionales de la educación: con exquisito respeto y desde la aceptación de la dignidad de la persona como un valor superior. Pero la dignidad de una persona no depende de su forma de entender la afectividad, la sexualidad o su propia identidad. Respetar al otro puede y deber ser exigido en la sociedad y en el sistema educativo, pero aceptar sus propios criterios éticos, afectivos o sexuales ni puede, ni debe ser objeto de imposición en el sistema educativo, pues colisionaría gravemente con los principios de libertad de conciencia y de libertad de educación protegidos por nuestra constitución.

Resulta por ello preocupante que en la presentación del cuento el Ayuntamiento de Albacete declare que su intención es “sensibilizar sobre el papel de la familia como transmisor de los estereotipos de género” cuestionando el derecho de los padres a educar a sus hijos en sus propias convicciones morales excusándose falazmente en la trasmisión de los valores de tolerancia y libertad, y despreciando otros modelos antropológicos tratándolos peyorativamente como “estereotipos de género”. Pero un estereotipo, según el DRAE es una “Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable”. ¿pretende el Ayuntamiento de Albacete cuestionar estereotipos como la afirmación de la ley de la gravedad o como la aceptación de las condiciones neurológicas del cerebro masculino y femenino? ¿En nombre de qué autoridad pretende cuestionar los fundamentos de la Neurociencia y de la Psicología? ¿Qué autoridad les legitima para intentar suplantar el modelo antropológico y ético que los padres desean para educar a sus hijos?

Como ya ha comunicado en otras ocasiones Educación y Persona junto a la Federación España Educa en Libertad ha editado una guía para asesorar a los padres jurídicamente en la defensa de sus derechos. Según sentencia del Tribunal Supremo de 11 de febrero de 2009  “las asignaturas que el Estado, en su irrenunciable función de programación de la enseñanza, califica como obligatorias no deben ser pretexto para tratar de persuadir a los alumnos sobre ideas y doctrinas que –independientemente de que estén mejor o peor argumentadas– reflejan tomas de posición sobre problemas sobre los que no existe un generalizado consenso moral en la sociedad española. En una sociedad democrática, no debe ser la Administración educativa -ni tampoco los centros docentes, ni los concretos profesores- quien se erija en árbitro de las cuestiones morales controvertidas”. Por eso mismo, el mismo tribunal propone que “cuando proyectos, textos o explicaciones incurran en tales propósitos desviados de los fines de la educación, ese derecho fundamental les hace acreedores de la tutela judicial efectiva, preferente y sumaria que han de prestarles los Tribunales de lo Contencioso Administrativo, los cuales habrán de utilizar decididamente, cuando proceda, las medidas cautelares previstas en la Ley de la Jurisdicción para asegurar que no pierdan su finalidad legítima los recursos que se interpongan.” (Fundamento de Derecho 10º, sentencia del TS de 9 de febrero de 2009).

Educación y Persona, Abril de 2018