El Vaticano propone una reflexión crítica y dialogante frente a la ideología de género

Recientemente se ha dado a conocer en el Vaticano el documento publicado por la Congregación para la Educación Católica “Varón y Mujer los creó” Para una vía de diálogo sobre la cuestión del gender en la Educación. Es una buena reflexión sobre la problemática de la ideología de género haciendo un incisivo discernimiento en los elementos positivos y los elementos negativos. Así, desde el principio establece que “es necesario tener presente la diferencia entre la ideología del gender y las diferentes investigaciones sobre el gender llevadas a cabo por las ciencias humanas. Mientras que la ideología pretende, como señala Papa Francisco, «responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles» pero busca «imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños» y, por lo tanto, excluye el encuentro, no faltan las investigaciones sobre el gender que buscan profundizar adecuadamente el modo en el cual se vive en diferentes culturas la diferencia sexual entre hombre y mujer” (n.6).

La Congregación para la Educación Católica encomienda el texto especialmente a “quienes se preocupan de corazón por la educación” advirtiendo de la grave responsabilidad que tienen en estos momentos de confusión. Es una responsabilidad que no se puede eludir, desde el principio de subsidiaridad colaborando con la educación de los padres hacia sus hijos (n. 39). En este sentido señala que “Un Estado democrático no puede, de hecho, reducir la propuesta educativa a un solo pensamiento, especialmente en un asunto tan delicado que toca la visión fundamental de la naturaleza humana”. Por eso, afirma “cada institución escolar debe estar equipada con herramientas organizativas y programas didácticos que hagan que este derecho de los padres sea real y concreto. De esta manera, la propuesta pedagógica cristiana se concretiza en una respuesta sólida a las antropologías de la fragmentación y de lo provisional” (n. 55).

 

Pero el criterio para abordar la intromisión de la ideología en el ámbito educativo no debe imitar los mismos mecanismos ideológicos de confrontación. Por eso el documento desde el título propone la vía del diálogo para acabar resaltándolo en la conclusión: “El camino del diálogo –que escucha, razona y propone– parece ser el camino más efectivo para una transformación positiva de las inquietudes e incomprensiones en un recurso para el desarrollo de un entorno relacional más abierto y humano” (n.52). Se aleja por tanto del criterio de determinadas asociaciones civiles que se enfrentan a la ideología de género desde la confrontación, sin respetar ni mostrar sensibilidad hacia las personas que sufren distintas dificultades en el ámbito de la afectividad. De ahí que la estructura del documento ofrezca el esquema: Escuchar (que incluye tanto puntos de encuentro como crítica), Razonar y Proponer. Visibilizando así un diálogo con posiciones ideológicas que, aun siendo incisivamente criticadas por el documento, son abordadas desde la escucha y, sobre todo, la comprensión de diferentes puntos de vista.

 

El documento presenta un amplio muestrario de los errores antropológicos de la ideología de género:

 

– La negación de la existencia de un don originario que nos precede y es constitutivo de nuestra identidad personal.

– Se pasa de un modelo institucional de familia – que tiene una estructura y una finalidad que no dependen de las preferencias subjetivas individuales de los cónyuges – a una visión puramente contractualista y voluntarista.

– A principios de los años noventa del siglo pasado, (las teorías de gender) se fueron concentrando en la posibilidad de los individuos de autodeterminar sus propias inclinaciones sexuales sin tener en cuenta la reciprocidad y la complementariedad de la relación hombre-mujer, así como la finalidad procreativa de la sexualidad.

– Plantea la separación entre sexo y gender ofreciendo una creciente contraposición entre naturaleza y cultura hasta converger en el queer, es decir, en “una dimensión fluida, flexible, nómada al punto de defender la emancipación completa del individuo de cada definición sexual dada a priori” (n.12)

– La identidad sexual y la familia se convierten en dimensiones de la “liquidez” y la “fluidez” posmodernas fundadas solo sobre una mal entendida libertad del sentir y del querer, más que en la verdad del ser; en el deseo momentáneo del impulso emocional y en la voluntad individual (n. 19).

– Se confunde la genuina libertad con la idea de que cada uno juzga como le parece, como si más allá de los individuos no hubiera verdades, valores, principios que nos orienten, como si todo fuera igual y cualquier cosa debiera permitirse

 

Y termina el documento con unas propuestas y reflexión sobre la responsabilidad de las familias y de la escuela en la educación integral de los menores acordes con una antropología respetuosa con la realidad de la naturaleza humana.

 

Educación y Persona.